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viernes, 26 de octubre de 2012

Exprimiéndonos en casa.




Las sensaciones del sábado por la mañana, antes de tomar la salida de este I Raid Reino de Granada, eran, cuando menos, especiales. Desgraciadamente no estamos acostumbrados a correr en nuestros montes, ni siquiera cerca, así que eso de salir de la casa de uno, por separado, y juntarte con los compañeros de equipo llegando ya vestido, tiene su gracia. Igualmente, sabíamos que por donde quiera que la carrera nos llevase, los caminos, las pendientes y los bosques nos serían muy familiares, pues no son sino nuestro campo de entrenamiento.
A las 9 en punto tomamos la salida, un score urbano a un ritmo infernal por las empinadas calles de Huétor Vega, donde quedaron bien visibles los equipos que habían venido a disputar sin concesiones la carrera. Fuimos prácticamente todo el trazado juntos, entre amigos, pareciéndose aquello más a una carrera de montaña: Javi Wago y Jose, del equipo Where’s the baliza, que junto con Dioni se proclamaron vencedores en categoría Aventura; y por supuesto Raúl, David y Ángel, el equipazo TriRaid Team, con el que nos mediríamos intensamente durante toda la carrera. Así pues, llegamos a la transición primera los ocho “galgos” a escasos segundos de diferencia.
Desde aquí, se inició una sección de trekking de montaña al más puro estilo granadino, es decir, con imponentes desniveles, que hicieron clara mella en la mayoría de los equipos. Salimos de Huétor en dirección a Monachil, pasando cerca de las ruinas del poblado megalítico de la ribera del río (toda esta información, y muchas otras similares, nos la transmite siempre en carrera nuestro ilustrado jefe de filas, D. Miguel “el incombustible”, para deleite y asombro nuestro). Allí en el pueblo, hicimos un tiro con arco cuando menos misterioso a la par que desastroso, y tras galopar sin pausa hasta el cementerio a por la baliza de castigo (junto a las máquinas del TriRaid), volvimos por nuestros pasos para enfilar, ahora sí, la exigente subida a Fuente Fría, en el Cerro de Huénes. Diferentes elecciones de ruta separaron a los dos equipos, aunque estábamos destinados a encontrarnos más adelante. 
Tras picar en Fuente Fría, y realizando una exigente bajada, nos dirigimos a la zona del área recreativa de Los Llanos (que son de todo menos llanos, como es de esperar). Allí nos esperaba una sección de orientación específica por separado, es decir cada uno del equipo con un mapa diferente y con un tiempo limitado para picar las balizas correspondientes. Ya antes de empezar el raid sabíamos que aquí se jugaría la mayor parte de la competición, y en efecto, así sucedió. Eran 40 minutos de máxima intensidad donde no se podía cometer ningún fallo… y desde luego, no el peor de todos ellos, llegar tarde, porque eso supondría despedirse de las opciones de pódium. El tiempo resultó ser bastante apretado y los equipos sufrieron para finalizar sus recorridos a tiempo. Nosotros picamos todas las balizas menos una, que con buen criterio dejamos al final. Más vale que te sobren unos minutillos a que, por complicaciones varias que siempre aparecen, llegue uno fuera de tiempo.


Nuestros máximos rivales en este finde, los chicos del TriRaid Team, no consiguieron una baliza que valía 2 puntos (la nuestra sólo valía uno), así que ya, simplemente con nosotros picar todas las balizas y llegando a tiempo a meta (sin importar el ritmo de carrera), quedaríamos por delante de ellos. Menos mal que no supimos nada de esto hasta el final de la etapa del Domingo, finalizado el raid, pues así continuamos con una batalla heroica y memorable durante las secciones que quedaban por venir.








La siguiente sección, cuarta y última, consistió en recorrer en bicicleta varias de las rutas “míticas” granadinas. Subimos al Canal de la Espartera para, desde ahí, bajar a Gójar por el Collado del Fraile, volver a subir a Cumbres Verdes y finalmente bajar hasta Cájar. Salimos en cabeza, a muy buen ritmo, y sólo fue en la segunda subida (Gójar – Cumbres) cuando nos alcanzaron los TriRaid. Nuestra mala suerte fue que Luis, momentos antes, en plena bajada, había partido su tija de sillín. Así pues, en las subidas tan exigentes que nos esperaban, Luis no conseguía traccionar bien y nos vimos obligados a bajar el ritmo, separándonos del otro equipo. Pero esta situación, gracias al inconmensurable esfuerzo de Luis, no supuso un retraso muy significativo. Peor bastante fue darnos cuenta de haber perdido la tarjeta de control al inicio de la bajada final, dar la vuelta, subir hasta encontrarla de nuevo y reanudar el descenso. En fin, cosas que pasan de vez en cuando, fruto de la inexperiencia… hihihihi. El caso es que acabamos la etapa con un buen tiempo y buenas sensaciones, finalmente a poco más de un cuarto de hora por detrás del TriRaid. Era un hueco considerable, pero en un raid y quedando dos etapas, todo podía pasar.
Tras comer y descansar como sólo los locales pueden hacer en estas situaciones, nos plantamos en el Paseo del Salón para tomar la salida de la Etapa 2, un score urbano por Granada y el Albaicín más una sección de run & bike por el Llano de la Perdiz. Fue un score relámpago por las pobladas calles y plazas de nuestra ciudad, pasando por lugares de enorme belleza que insultantemente obviamos debido al endiablado ritmo que imprimimos los primeros equipos. De nuevo, TriRaid, Where’s the Baliza y nosotros abriendo brecha hacia la siguiente sección. De verdad que me hubiese gustado verme en la piel de algún corredor de otra ciudad, pues seguramente la impresión de esa Alhambra iluminada acompañándote mientras corres habría sido muy especial.
Tras algún acierto en la navegación por la Dehesa del Generalife, conseguimos llegar al Reloj de Sol del Llano en primera posición, aunque seguidos muy de cerca por los demás. Una rápida transición y seguimos “volando” hacia las siguientes balizas. Pronto nos juntamos de nuevo con nuestros eternos compañeros del TriRaid, para después volvernos a separar por diferentes elecciones de ruta y algún que otro despiste inexplicable que también acontece de vez en cuando (claro que el Llano no lo conocemos muy bien… hehehe). Pero bueno, estos pequeños errores se traducen en poco tiempo perdido real, al contrario que la fatiga física, que sí que castiga en el cronómetro al llegar a meta. Yo personalmente me vacié casi por completo en la última parte de la sección, teniendo que apretar los dientes y sufrir. Como en tantas otras ocasiones, mis compañeros me echaron una mano incondicional, ayudándome a mantener el ritmo hasta meta. Al final, ocho minutillos de retraso respecto a TriRaid, que empezaban a marcharse en la clasificación.


Al día siguiente, casi antes de la salida del sol partimos en patines desde la Zubia. Comenzábamos así la tercera y última etapa, nuestra última oportunidad para reducir tiempo en la clasificación. Salimos convencidos de ello y explotamos al máximo nuestra habilidad sobre los patines, gracias a que la sección no fue el típico paseo monótono sin mayor interés. Por el contrario, se trató de la sección de patines más divertida que nunca he hecho, con cuestas arriba y abajo, pasos estrechos, escalones, zonas de tierra y otras múltiples trampillas para sacar partido al nivel de patinaje con recursos de supervivencia. Nos lo pasamos bomba y, a la vez, hicimos un tiempo sorprendentemente rápido.


De aquí salimos a un trekking exigente por desniveles pero rápido por distancia, que nos hizo pasar por las inmediaciones de la Fuente de la Bicha, camino de los Neveros y finalmente el pueblo de Monachil. Seguíamos en primera posición y a muy buen ritmo. En Monachil hicimos una rápida orientación de memoria, rápel incluido, que dio paso a la puntilla final de un raid sin duda exigente. Los que conocemos la zona, nada más ver el mapa suspiramos y pensamos cada uno para sí mismo…”lo que se nos viene encima…”. En efecto, la sección de MTB de final del raid se trataba, ni más ni menos, que de subir el emblemático puerto del Purche, bien famoso por su constante pendiente y sus duras rampas.
Sin embargo, nuestra posición de primeros en la etapa y las ganas de recortar todo el tiempo posible, nos dieron alas para “devorar” todas aquellas endiabladas cuestas hasta el final, dando lo mejor de nosotros. Una vez picado el control de lo alto del Purche, tocaba literalmente volar camino de los Neveros abajo, hasta el pueblo de Huétor, donde nos esperaba una prueba de ascensión por cuerda y la ansiada meta final. Fuimos de nuevo muy rápidos en la navegación por el pueblo y en la prueba especial, lo que hizo posible, aunando el esfuerzo general de toda la etapa, recortar dieciséis minutos al equipo TriRaid en la meta Final.
Acabamos pletóricos por la etapa realizada, sin grandes fallos, con mucha concentración y con una máxima compenetración entre nosotros. Finalmente, tras revelarse el valor total de puntos conseguidos, comprobamos nuestra primera posición final, lo cual endulzaba todavía más el fin de semana. Pero de todas maneras, nos quedaremos siempre con ese duelo titánico entre los dos mejores equipos de la competición, buenos amigos que supieron medirse con intensidad, limpieza y siempre buen humor.
Mi más sincera enhorabuena, en primer lugar, a mis compañeros de equipo, Rafa (asistencia eficaz sin igual), Luis y Miguel, por la excelente competición realizada. Siempre se comenten errores, todos los tenemos, pero lo importante es analizarlos y aprender de ellos, para seguir progresando como venimos haciendo; para asentarnos entre los mejores. Enhorabuena también a Raúl, David y Ángel, porque demostraron en todo momento el gran nivel que tienen y porque dieron a este Raid ese ingrediente de competición y rivalidad que lo ha hecho memorable. Por supuesto, felicitar a nuestras compañeras del equipo Princeton Tec – Bryton Woman, que consiguieron una merecida victoria en su categoría y que siguen dando caña allá donde van. Y cómo no, dar la enhorabuena a nuestros amigos del Where´s the Baliza, Dioni, Jose y Javi, que al final ¡vaya si la encontraron! Demostraron su fenomenal estado de forma y se mostraron intratables en la categoría Aventura.
Finalmente, quisiera felicitar con todos los honores a la organización de la prueba, a toda la buena gente que componen el club Altera Aventura. En especial, por el enorme trabajo realizado y todo el tiempo dedicado, a Chema, Manu, Juanma, Germán, Felipe, Luis, Gloria, Patri, etc. Gracias por haber organizado de forma excelente una prueba como esta, haciéndonos a todos disfrutar y sudar en el campo, que en definitiva es lo que nos gusta. Por supuesto que hay cosas que se pueden mejorar, pero esas las sabéis vosotros mejor que nadie, porque sois así. Pero tened por seguro que las cosas buenas, bien hechas y perfectamente organizadas han superado con creces a las mejorables. De verdad, ¡ENHORABUENA ALTERA y GRACIAS!